En el gobierno esperan la renuncia del segundo vicepresidente Omar Chehade, quien el miércoles 2 de noviembre se presentará
ante la Comisión de Ètica del Congreso.
El rechazo a la permanencia de Omar Chehade en el cargo de segundo vicepresidente de la República dejó de ser exclusivo de la oposición, después de que el oficialismo de indicios de darle la espalda, por las dos acusaciones de supuesto tráfico de influencias que pesan sobre él.
Mañana deberà presentarse ante la Comisión de Ètica del Parlamento, después de que le pidiera tiempo al presidente de dicha
comisión, Humberto Lay, para presentar pruebas que certifiquen su inocencia.
Lo que el peruano promedio desconoce, es que a
pesar de las frases lapidarias y los varios cuestionamientos en los cuales se
ha visto involucrado al señor Omar Chehade, esté no puede ser despedido,
debido a que fue elegido democráticamente, solo su renuncia lo apartaría del Ejecutivo.
Más allá de las prestasiones al estado de quien fuera procurador, la presencia de Chehade actualmente daña la gestión del gobierno.
Independientemente de las decisiones que pueda
tomar el segundo vicepresidente. Su destino queda en manos
del Congreso.
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